¿Qué es la circuncisión?
Al nacer, la mayoría de los niños tienen prepucio, piel que cubre la punta del pene. La circuncisión elimina parte del prepucio, de modo que el glande (la punta del pene) y la abertura de la uretra quedan expuestas. Este procedimiento pudiera realizarse en el hospital, a los pocos días de nacido. Cuando la realiza un médico experimentado, la circuncisión tarda solo unos minutos y rara vez se presentan complicaciones.
Postura de la AAP
La Academia Americana de Pediatría (AAP) considera que la circuncisión tiene posibles ventajas y desventajas médicas, así como riesgos. La evidencia actual indica que los beneficios para la salud que tiene la circuncisión de un varón recién nacido superan los riesgos y que los beneficios justifican brindar acceso a este procedimiento a las familias que deciden hacerlo. Sin embargo, la evidencia científica existente no es suficiente para recomendar la circuncisión de rutina.
Por lo tanto, debido a que este procedimiento no es esencial para el bienestar presente del niño, la AAP recomienda que la decisión de practicar o no una circuncisión sea tomada por los padres en consulta con su pediatra, tomando en cuenta qué es lo que le conviene más al niño, incluyendo los aspectos médicos así como las tradiciones religiosas, culturales y étnicas. Lo importante es que la decisión que se tome sea con toda la información correcta disponible.
¿En qué consiste la intervención?
Este procedimiento puede ser realizado por un pediatra experimentado, neonatólogo, cirujano pediátrico o urólogo. Cuando se realiza en los primeros días después del nacimiento, se lleva a cabo en la sala de recién nacidos. En ocasiones, los padres pueden estar presente.
En general, el bebé se encuentra despierto durante la circuncisión y se le suele colocar en un asiento de plástico moldeado que permite sostenerlo en su lugar de forma segura. Después de limpiar el pene y el área alrededor, se inyectará anestesia en la base del pene o se le aplicará sobre el pene en forma de crema.