Muchos padres se encuentran con la sorpresa de que la cabeza de su bebé al nacer no es como se la esperaban. Además, muchos se encuentran pensando, ¿Qué son esos espacios suaves en la cabeza de mi bebé? ¿Es algo normal? Por ésta y muchas dudas más, les invito a conocer y entender un poco mejor la cabeza de su bebé.
Al momento de nacer, el cráneo de los bebés se compone de diferentes placas de huesos suaves con suficiente espacio entre ellas como para comprimirse e interponerse una encima de la otra. Esta cualidad moldeable le permite a los bebés poder pasar por el estrecho canal vaginal de mamá.
Dependiendo cuán difícil haya sido el parto, es esperado que algunos bebés nazcan con su cabeza en forma de cono. Además, es posible que algunos de estos huesos solapen. Son hallazgos comunes que afortunadamente al cabo de unos días o semanas mejoran y la cabeza de su bebé tendrá una forma más redonda. Para agilizar este proceso y mantenerlo, es importante que la cabecita del bebé descanse en diferentes posiciones.
Recuerde que para dormir, siempre debe acostar a bebé boca arriba.
Mientras esté despierto es importante que pase tiempo boca abajo sobre su barriga y también de lado, siempre bajo supervisión directa. De esta manera tratamos de evitar lo que conocemos como plagiocefalia, donde la forma de la cabeza es más aplastada en la parte de atrás. Esto ocurre por la cabeza estar mucho tiempo en una misma posición.
Los padres también se pueden preguntar sobre los espacios blandos en la cabeza, que no parecen estar protegidos por algún hueso.
Estos espacios se conocen como fontanelas, o las famosas mollejas; siendo la anterior en la parte de arriba, la más notable.
Su presencia es importante para el crecimiento de la cabeza de su bebé. Normalmente es un espacio blando que deprime.
Puede abultarse un poco cuando el bebé está llorando, pero no debería ser un hallazgo persistente.
Aunque muchos padres tengan miedo de tocar estos puntos blandos, tenga la tranquilidad de que es un área con suficiente protección para aguantar la manipulación diaria del bebé.
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El crecimiento de la cabeza es una señal indirecta del crecimiento del cerebro.
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Contrario a la ganancia de peso y estatura, la mayor parte del crecimiento de la cabeza de una persona ocurre durante su primer año de vida.
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Las características moldeables de la cabeza de los bebés al nacer, como ya descritas, le permiten al cerebro crecer rápido durante ese primer año de vida completando así cerca de un 90% del crecimiento total.
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Por esto, la medida de la cabeza es parte esencial de la evaluación del bebé durante sus visitas de mantenimiento con su pediatra.
Cada medida se pone en una gráfica del Centro de Control de Infecciones (CDC) ajustada para edad y sexo; y se sigue su patrón de crecimiento hasta los 3 años de edad. Estas gráficas nos ayudan a distinguir patrones de crecimiento adecuados de los irregulares, además de identificar medidas de cabezas muy pequeñas o demasiado grandes.
Cualquier patrón de crecimiento que se aleje mucho de la curva de crecimiento esperada, sugiere un crecimiento inadecuado del cerebro y requiere evaluación.
Identificar esto a tiempo puede tener un impacto grande en el desarrollo de su bebé. Una intervención temprana, en ocasiones, ayudará a prevenir más daño a cerebro y/o entender a su bebé y saber qué esperar de su desarrollo.
puede estar presente desde nacimiento o desarrollarse a través del tiempo. Usualmente está asociada a ciertas condiciones genéticas, o alguna infección que haya sufrido el bebé antes de nacer (Ej. virus de Zika, citomegalovirus, etc).
Por otro lado, se puede dar la macrocefalia, donde la cabeza de bebé es muy grande para su edad, ya sea porque nació así o porque está creciendo demasiado rápido.
- La macrocefalia puede estar asociada a causas comunes y benignas como el tener padres con tamaño de cabeza similar o a condiciones genéticas raras.
- La macrocefalia también puede ser secundaria a alguna lesión en la cabeza ocupando espacio como un quiste, infección o sangrado.
Bebés con crecimiento inadecuado de la cabeza, ya sea al nacer o desarrollado con el tiempo, requieren un estudio de imagen de cabeza. El estudio más adecuado y la ventana de tiempo en la que se debe realizar lo determinará su pediatra una vez obtenga un historial y examen físico completo.
Por lo general, en bebés con el espacio de su fontanela anterior aún abierta, la evaluación se puede comenzar con un ultrasonido de la cabeza. En caso de una fontanela cerrada o que los hallazgos en examen físico requieran de una imagen más detallada, se considera una tomografía computarizada de cabeza (CT) o una imagen por resonancia magnética (MRI). Es posible que su pediatra lo refiera a evaluación por neurología o neurocirugía pediátrica.
Es importante mencionar que un crecimiento agudo y rápido de la cabeza necesitará una evaluación médica y estudio de imagen con prontitud.