Al igual que el alcohol, la nicotina y otras drogas ilícitas, en los niños que fuman marihuana pueden perder el control de su uso y volverse adictos. Existe la creencia popular de que la marihuana no es peligrosa, pero la verdad es que sí es peligrosa, tanto a corto como a largo plazo.
Se ha encontrado que el consumo de la marihuana entre madres embarazadas ha aumentado un 62 % entre el 2002 y el 2014. El uso de la marihuana es común en la juventud hoy día. Debido a que la marihuana es ahora legal para uso médico o recreativo, en los Estados Unidos y en Puerto Rico, las estadísticas muestran un incremento en su uso.
Hay evidencia de que la marihuana no es tan inofensiva como comúnmente se asume, y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda a las mujeres evitar el uso de la droga durante el embarazo o cuando estén amamantando. La AAP, también divulgo una política pública que establece que la juventud no debe usar la marihuana.
El tetrahidrocannabinol (THC), compuesto químico en la marihuana, responsable de los efectos psicoactivos, cruza fácilmente la placenta y entra al cerebro del feto que se encuentra en pleno desarrollo. La AAP plantea que el THC se adhiere, y esencialmente “secuestra” e interrumpe los neurotransmisores del cerebro que juegan un importante papel en el desarrollo normal de las células nerviosas. Además, el THC pasa a través de la leche materna y puede estar presente hasta seis días después de su último consumo.
La AAP refuerza el vínculo entre la exposición prenatal y sus efectos en el desarrollo neurológico. Estos incluyen daños a las funciones ejecutivas de los niños, tales como problemas en la concentración, atención, control del impulso y solución de problemas.
En los adolescentes y adultos que han sido expuestos a la marihuana hay mayor riesgo del trastorno por uso de sustancias, alterándose la capacidad de manejar su tiempo y el desempeño en el trabajo. Además, de problemas de salud mental como tendencia a la depresión o trastornos suicidas.
Nuestra principal responsabilidad como padres o pediatras es con nuestros niños, pues ellos confían en nosotros para mantenerlos sanos y seguros, y ellos son nuestro futuro. Las leyes para la marihuana son parte de esta responsabilidad. Aún más, debemos hacer todo lo posible para evitar que la consuman o que sean expuestos a ella. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), plantea que el conocer de los efectos de estas sustancias sobre la salud, ayuda a los padres y cuidadores a cómo actuar y hablar a los niños antes de que se presenten serios problemas.