En Puerto Rico hay una alta prevalencia de diabetes. Nuestra Isla está localizada en un área de alta incidencia de actividad sísmica y del paso de huracanes.
Todos estamos expuestos a las inclemencias que la naturaleza nos trae, pero el paciente diabético: en especial los niños y envejecientes son más susceptibles a las consecuencias que cualquiera de éstos eventos pueda traer.
Una catástrofe nos afecta a todos, pero el diabético, que tiene unas peculiaridades en utilización de medicamentos, requerimientos nutricionales: insulinas y agentes inyectables que deben mantenerse a una particular temperatura; el panorama se les complica y hasta les puede costar la vida.
Es por esta razón que se hacen recomendaciones para que el paciente con diabetes o sus familiares estén preparados en caso de que el “Día Menos Pensado” nos madrugue sin estar preparados: ¿Qué debemos hacer?… “La Mochila”.