Para los padres de niños en edad prescolar y escolar no hay cosa más aterradora que el que sus niños despierten en la noche con un grito desgarrador. En unos instantes pueden pasar por su mente miles de cosas y corren despavoridos al cuarto de su hijo y ahí está el niño, sudoroso, temblando y atemorizado. Cuando esto ocurre es importante que los padres entiendan lo que está sucediendo. Dos de las posibles causas de esto, y de las más comunes, son los terrores nocturnos y las pesadillas.
¿Qué son los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos son un desorden del sueño en el cual el niño parece despertar súbitamente en un estado aterrorizado. El niño luce en pánico intenso, grita descontroladamente y parece estar despierto, pero está confundido y no se puede comunicar. Este desorden del sueño ocurre durante las etapas más profundas del sueño las cuales suelen ser temprano en la noche, a menudo antes de que los padres estén acostados. Aunque los terrores nocturnos pueden ser alarmantes para los padres que los presencian, no suelen ser motivo de preocupación o una señal de un problema médico más profundo.
Los terrores nocturnos suelen ocurrir en niños pre- escolares y escolares mayormente entre las edades de 4-12 años y suelen ser más común en varones. Durante el terror nocturno su niño puede presentar palpitaciones, respiraciones rápidas y náuseas y por lo general, grita y está sudoroso. Eso puede durar entre uno a diez minutos, pero en algunos casos pueden durar más tiempo. Aunque el niño parece estar despierto en realidad no es así y se encuentra desorientado y confundido.
El terror nocturno causa mucha ansiedad a los padres del niño ya que éste puede exhibir una conducta violenta al despertar y hasta podría hacerse daño. Es importante mencionar que luego de esto el niño puede quedarse dormido fácil y rápidamente.
Algo importante, y una de las principales diferencias entre el terror nocturno y las pesadillas es que al día siguiente el niño no se acuerda de nada. Se ha identificado cierto patrón genético en los terrores nocturnos ya que al hacer un historial médico cuidadoso se encuentra que alguno de los padres ha tenido este mismo historial durante la niñez. Es importante recalcar que el terror nocturno, tal como lo conocemos, ocurre mayormente durante la niñez y solo 1-2% de los adultos podrían presentarlo.
¿Qué son las pesadillas?
Las pesadillas son otro desorden del sueño y son relativamente comunes durante la infancia. Se pueden definir como sueños aterradores que a menudo suceden durante la segunda mitad de la noche. Las pesadillas ocurren en niños un poco más pequeños, entre 3-6 años, y pueden continuar hasta la edad adulta en un porciento mayor que los terrores nocturnos. Los niños pueden despertarse llorando o sintiendo miedo, pero no lucen tan asustados como en el terror nocturno. A diferencia de los terrores nocturnos, los niños son fácilmente consolables por sus padres, pero pueden tener problemas para lograr quedarse dormidos nuevamente. Otra de las diferencias más importantes es que cuando un niño tiene una pesadilla, al siguiente día puede recordarlo todo.
Otra diferencia es que las pesadillas son un poco más frecuentes en niñas que en varones. Es importante recalcar que las pesadillas pueden representar un reto al bienestar emocional de los niños ya que pueden alterar los patrones del sueño e interferir con el descanso al dormir. Otro punto importante es que hay estudios que han relacionado las pesadillas frecuentes con niños que han sufrido o están siendo acosados (bullying).
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo?
- Tanto en el caso del terror nocturno o de una pesadilla el padre debe ir a la habitación de su hijo lo más rápido posible.
- Manténgase calmado y tranquilo. Los terrores nocturnos asustan más a los padres que a los niños y esto es así porque el niño luce extremadamente perturbado cuando le sucede esto, pero la realidad es que al día siguiente no recuerda nada. Además, sabemos que, a largo plazo, no hay ningún efecto negativo en el desarrollo del niño y tampoco hay necesidad de hacer otras evaluaciones o referidos a profesionales de la salud como psiquiatras o psicólogos. Lo más importante es que usted mantenga la calma durante el episodio y no intente despertar al niño. Asegúrese de que el niño no se haga daño e intente que se mantenga en la cama ya que es probable que se vuelva a dormir rápidamente.
- En el caso de las pesadillas, donde el niño recordará lo que sucedió al día siguiente, explíquele que eso solo fue un mal sueño, que ahora él está despierto y que nada de eso ocurrió en la realidad. Déjele saber que usted entiende que se siente asustado. Consuele, tranquilice y abrace a su hijo.
- Coloque una pequeña luz en el cuarto si esto hace que el niño se sienta más tranquilo.
- Establezca una rutina simple para la hora de dormir y asegúrese que su niño duerme lo suficiente de acuerdo con su edad.
- No permita el uso de aparatos electrónicos tales como tabletas o teléfonos celulares cercano a la hora de dormir. Tampoco fomente que el niño tenga un televisor en su cuarto ni que vea programas de televisión que pueda asustarlos. El uso de aparatos electrónicos a la hora de dormir puede dar el mensaje que la cama es para jugar y no para dormir. Es importante que los niños no usen aparatos electrónicos 1-2 horas antes de la hora de dormir y no usarlos en los dormitorios.
Es importante tratar de identificar algún factor que pueda estar causando los problemas de sueño en los niños. En ocasiones estos problemas pueden estar relacionados a factores que podemos controlar como lo son, hábitos irregulares al dormir, ansiedad de irse a la cama y el uso frecuente de aparatos electrónicos antes de acostarse. Es importante que los padres establezcan rutinas consistentes a la hora de dormir de manera que se minimicen estos problemas durante el sueño.
¿Cuándo buscar ayudar?
Afortunadamente, la gran mayoría de los niños supera los problemas comunes del dormir y tanto las pesadillas como los terrores nocturnos rara vez tienen efectos psicológicos duraderos en los niños. Sin embargo, si estos episodios ocurren varias veces por noche, o todas las noches por varias semanas, o interfieren con el comportamiento del niño durante el día, los padres deben consultar al pediatra del niño quien evaluará si es necesario la ayuda de un psiquiatra de niños y adolescentes.
Referencias: 1. Kliegman, R. M., Stanton, B. M., Geme, J. S., Schor, N. F. (042015). Nelson Textbook of Pediatrics, 20th Edition [VitalSource Bookshelf version]. Retrieved from vbk://9781455775668 2. American Academy of Child and Adolescent Psychiatry – aacap.org