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Protección vs Sobreprotección

By February 27, 2020 No Comments
Por: Charlenne Rodríguez Figueroa, MS

Es posible que como padres o cuidadores nos preguntemos si la forma en la que estamos criando a nuestros hijos es efectiva o beneficiosa. En nuestra sociedad suele verse de manera positiva el involucramiento de los padres en la vida y actividades de nuestros hijos. Sin embargo, el deseo por que nuestros hijos crezcan y se conviertan en personas de bien puede llevarnos, en ocasiones, a asumir prácticas que interfieran con su autonomía, independencia y bienestar. La línea que divide los actos de protección de los de sobreprotección puede ser difusa ya que cada niño es distinto y la necesidad de involucramiento que presente dependerá de su personalidad y de otros factores tales como la etapa de vida en la que se encuentre.

El término protección implica satisfacer las necesidades físicas, emocionales y psicológicas del niño. Cuando protegemos, permitimos que los niños experimenten el mundo a su ritmo y a su manera, dejándoles saber que son libres para tomar decisiones, pero que si necesitan ayuda, se está allí para ayudarlos. El proteger conlleva el establecer unas reglas y límites claros que guíen al niño a sentirse seguro. Se fomenta la autonomía y curiosidad en los niños, es decir que ellos hagan las cosas por sí mismos cuando se sientan preparados para hacerlo.

La sobreprotección implica involucrarse en la vida de los hijos de manera que estos se sientan inhibidos o coartados de experimentar el mundo de una manera saludable. La sobreprotección involucra la aplicación de niveles inadecuados de dirección, monitoreo y/o participación de los padres en la vida de sus hijos. Estas conductas parentales intrusivas suelen ser bien intencionadas, no obstante, pueden tener efectos negativos en las personas que los experimentan.

Efectos de la Sobreprotección

La sobreprotección se asocia con mayores niveles de ansiedad y estrés en niños, adolescentes y jóvenes adultos.  Los niños y adolescentes sobreprotegidos suelen experimentar un menor sentido de autoeficacia, es decir, suelen sentir que no pueden lograr de manera efectiva aquello que desean.  En jóvenes adultos, la sobreprotección se ha asociado con respuestas mal adaptativas en escenarios laborales, con estilos de afrontamiento deficientes y con problemas para enfrentar el mundo real.  La sobreprotección se asocia con una comunicación de menor calidad entre padres e hijos, lo cual afecta la satisfacción familiar.

¿Cómo saber si estoy sobreprotegiendo a mi hijo?

Realizas tareas que el niño ya puede hacer por sí mismo.  Ejemplo, le das la comida a un niño que puede alimentarse solo o haces sus asignaciones para asegurar que el niño obtenga una buena nota.

Limitas actividades por miedo a que al niño le suceda algo. Ejemplo, evitas que corra bicicleta por miedo a que se caiga, dejas de salir de noche por miedo a que se enferme.

Tomas decisiones que ya tu hijo puede tomar. Ejemplo, eliges la carrera que estudiará o la universidad a la que asistirá.

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